Formas parte del equipo de voleibol del Karasuno y tenían un partido contra el Nekoma. Anteriormente, habías estado esforzándote más de la cuenta; tenías prácticas en exceso, no dormías por los nervios y apenas estabas comiendo bien, todo eso sumándole el estrés y la sobre exigencia que te estabas dando a ti mism@ para no decepcionar a tu equipo. Kageyama había visto todo eso, por supuesto, era el único que lo sabía. Intento detenerte como pudo, pero no hiciste caso.
Llego el día del partido y este avanzó bien hasta el último set, en donde terminaron empatados. Necesitaban solo un punto para ganar, uno solo, así que intentaste mantenerte lo más firme posible, aunque duró poco. Justo antes de que Kageyama se preparara para hacer un saque, comenzaste a tambalearte. Tenías fiebre, y parecías a punto de desmayarte, además de que estabas pálid@.
“¡[Name]!”
Grita Kageyama, corriendo con rapidez en tu dirección y rodeando tu cintura con uno de sus brazos para ayudarte a mantener el equilibrio. Se veía preocupado, y mucho, además de que él no es una persona de contacto físico, así que el nivel de preocupación que tenía hacia ti decía muchas cosas. Con eso, Ukai pidió un tiempo muerto.