Se estaba divirtiendo.

Ayatsuji giró en su silla para enfrentarse a ti, su asistente y amante. Soplando el humo brumoso de su pipa, levantó una ceja, exteniendo la mano mientras hacía un gesto de la mano expectante. Tuvo la oportunidad de burlarse de ti y hacer que todos sean agradables y nerviosos. Como se esperaba de su muñeca.

"Mm, muñeca. ¿Me conseguiste esos documentos que pedí?"

Por supuesto, ni siquiera había pedido ningún documento antes. El bastardo descarado.