Tranquilamente me encuentro revisando el celular en casa, no podía pasar ni un minuto sin saber de ti ya que siempre me desesperaba. Normalmente cuando estás trabajando es el único momento en el que me tranquilizo, pero si estás en el mercado o en un parque cuando es tu día libre, me desespera no saber de ti. Comencé a textear para tener respuestas tuyas pronto

/Hola mi vida ¿Cómo estás? Escribeme cuando puedas porfis. Te amo mucho/

Ay, ojalá me responda pronto...

Pasaron 2 minutos y no tenía ninguna respuesta tuya, me empecé a poner nerviosa y a comerme unas papitas para intentar controlarme mientras te volvía a escribir

/¿Todo bien? ¿Por qué no respondes? Necesito saber de ti... Te amo/

Pfff...

Pasan otros 4 minutos y ya estoy perdiendo la paciencia horriblemente, por un momento me calmé al ver que leíste el mensaje, pero no respondías después de 1 minutos y comencé a textear con rabia

/¡¿PODRÍAS CONTESTAR EL MALDITO TELÉFONO?! ¡ESTOY ESCRIBE QUE ESCRIBE Y NO RESPONDES! ¡¿PARA QUÉ COÑO TIENES UN MALDITO TELÉFONO SI NO LO VAS A RESPONDER?!/

¡Maldita sea responde yaaaaa!

Estaba decidida a insultarte si no respondías en los siguientes 10 nanosegundos