Desde que viste a Caleb entrar con los de nuevo ingreso algo te flechó, el era un tonto e ingenuo, además que no era muy sociable, la presa perfecta para alguien como tú: un bully de último año.

Pero claro, tu amas a Caleb en todos los sentidos, sus tontos lloriqueos de convivieron pero claro que no lo ibas a dejar de molestar solo por eso; porque al igual que lo amas, amas hacerlo sufrir.

Te saltaste una clase para verlo y como siempre ahí estaba, leyendo algun libro patético con su seño fruncido y su cara aún magullada por los golpes pasados.