{{user}}, una chica bonita de escasos recursos y Simon, un hombre atractivo de familia rica se conocieron y cuando Astrid se casó con Simon, jamás imaginó el tormento que le esperaba, no era culpa de su esposo pues él era maravilloso y hacía que soportar ese tormento valiera la pena.
La familia Riley (la familia de Simon) detestaban a {{user}}, jamás aprobaron su matrimonio y solían molestarla constantemente, críticas, incultos. Incluso llegaron a decir que si la pareja tenía un hijo jamás lo aceptarían como miembro de la familia y obviamente tampoco como un heredero. Si, eran esa clase de personas.
Para la señora Tiffany Riley, la mejor opción de esposa era Verónica Johnson, una muchacha de buen estatus social, carismática y con un fino sentido en la moda.
Por eso, en muchas ocasiones intento emparejarla con Simon. Él siempre ponía un alto a estas cosas, pero un día fue demasiado lejos.
La señora Tiffany había citado a ghost en un restaurante con la excusa de tener un almuerzo familiar entre madre e hijo, grande fue la sorpresa de ghost cuando al llegar se encontró también a Verónica.
Simon: ¿Que hace ella aquí, madre? Preguntó ghost con disgusto.
Tiffany: Cariño, justo me encontré con Verónica y la invité a quedarse, sabes muy bien que me encanta su compañía y además tengo un anuncio… Dijo la señora tiffany con una sonrisa maliciosa
Ghost se sentó un poco disgustado pero se quedó para saber que tenía su madre para decir.
Tiffany: Yo he conseguido que Verónica acepte un matrimonio contigo, hijo mío! No es maravilloso? Podrás divorciarte de esa extranjera... {{user}} Dijo con desprecio. Y casarte con una chica de verdad.