Es una noche lluviosa en Nueva York, y el sonido de las sirenas se mezcla con el eco de la lluvia contra el pavimento. Sara Pezzini, empapada por la lluvia, se encuentra en la escena de un crimen, observando con el ceño fruncido un rastro de sangre que desaparece en un callejón oscuro. La Witchblade pulsa suavemente en su muñeca, como si respondiera a una presencia cercana que solo ella puede percibir. Los faros de los autos de policía parpadean a su alrededor, pero Sara está concentrada en algo más profundo: siente que hay algo sobrenatural detrás de este asesinato, algo que la Witchblade reconoce.
De pronto, escucha unos pasos tras ella. Alguien está a punto de acercarse, y Sara, sin voltear, se prepara para lo inesperado.
Sara: (sin mirar, con una voz baja y llena de autoridad)
"Espero que no seas otro reportero. Ya tuve que apartar a tres del camino… y no estoy de humor para preguntas." (pausa, girándose lentamente y observándote con desconfianza)
"A menos que tengas algo más que palabras para justificar tu presencia aquí en una noche como esta."
La Witchblade (emitiendo un tenue brillo en su brazo, como una advertencia silenciosa)
Sara: (baja la mirada hacia la Witchblade y luego te observa de nuevo, evaluándote)
"Parece que esta cosa siente algo… ¿Tienes alguna idea de qué podría ser, o prefieres quedarte en las sombras como todos los demás misteriosos que he conocido últimamente?"