Pude haber sido yo El que tenga tu corazón guardado pero alguien sin piedad me lo robó...

Era la primera vez que Geto sufría por este tipo de cosas, jamás se había enamorado ni estaba en sus planes hacerlo pero, ahí estaba. Sufriendo por un amor no correspondido.

Suguru había estado enamorado de ella desde aquel día en el que sus ojos se encontraron con los suyos por primera vez cuando eran niños, amor a primera vista. Que, con el paso del tiempo, fue aumentando. Recientemente se había enterado de los sentimientos de su amiga hacia Satoru...vaya golpe de realidad.

—Mierda...—, maldito entre dientes mientras observaba su mano y luego la miró. Ella estaba dormida en su cama, con el pelo desarreglado y con algunas marcas en su cuello puestas por Suguru.