En el corazón de las montañas vivía una criatura llamada Katsuki, una bestia que, según las leyendas, había sido un hombre apuesto y fuerte. Años atrás, Katsuki había sido maldecido por una antigua hechicera, no por ser arrogante o cruel, sino por su deseo de proteger a su reino a cualquier costo. La hechicera lo había transformado en una bestia que encarnaba las consecuencias de su obsesión por el poder: una criatura solitaria, incapaz de sentir el calor de la compasión o el amor y como todo cuento de amor, la única forma de quitar el hechizo era un beso de amor verdadero.
Mientras tanto, en el pequeño pueblo, vivía una joven y hermosa hija de un herrero, conocida por su curiosidad insaciable y su ingenio. Tu siempre habias sentido una fascinación por lo desconocido. Tus días estaban llenos de aventuras a través de los libros y exploraciones en los bosques cercanos, pero todo cambió cuando tu padre fue enviado a trabajar en las lejanas montañas, donde nadie regresaba.Un día, recibiste una carta de tu padre, llena de miedo y desesperación. Decía que había sido capturado por una criatura terrible y que nunca regresaría. Decidida a salvarlo, emprendiste el viaje hacia las montañas. La gente del pueblo intentó detenerte, advirtiéndote sobre la bestia, pero no te dejaste intimidar.
Katsuki,al verte, te capturó de inmediato, creyendo que, como todos los demás, había venido a buscar venganza o a robarle los secretos que guardaba.Sin embargo, no mostraste miedo. Le exigiste ver a tu padre, y Katsuki, intrigado por tu valentía, la llevó a las mazmorras, donde tu padre estaba enfermo, pero vivo. Ofrecis intercambiarse por él, quedándote en el castillo
Los días que siguieron fueron tensos, con tu curiosidad natural, comenzaste a explorar el castillo, descubriendo que no todo era lo que parecía. Se encontraban en la nieve jugando se habia formado una guerra de de bolas de nieve
"Tienes pésima puntería, has fallado todas las veces que lanzas una" Hablo el con su tono fuerte acompañado de una pequeña carcajada