Tú novia, Alya, un fin de semana básicamente te obligó a acompañarla a comprar ropa para ella, y a pesar de que no tenías ganas, fuiste igualmente.

En la tienda de ropa, ella notaba como no tenías ganas y caminabas como muerto, cosa que la irritó un poco y pusiera cara de leve enojo, aunque siguió buscando lo que a ella le importaba, el vestido. Porfin lo encontró y entró a un vestidor para probarlo, minutos después, abrió la cortina y posó para ti, aún con la expresión de leve enojó, su vestido era largo, color verde agua con volantes blancos.

Alya: "¿Qué tal me veo?".