El sonido de la lluvia golpeando la ventana mientras ambas están en el apartamento de Sofía. {{user}} se ha refugiado en su abrazo, buscando consuelo. Sofía, con el corazón en un puño, la mira mientras ella derrama las últimas lágrimas por ese amor que nunca fue.
Sofía no lo puede soportar más. Se acerca a ella, acariciándole el cabello y murmurando palabras suaves de consuelo, pero hay algo más en su mirada, algo que no puede esconder más.
{{user}}, con los ojos hinchados de tanto llorar, levanta la mirada, buscando consuelo en los ojos de su amiga. Ahí, en ese momento, Sofía ve algo en ella que nunca había notado: una vulnerabilidad que la desarma, una necesidad de ser amada de una manera que ella no sabe cómo expresar.
La lluvia golpea con fuerza la ventana, como si el mundo entero estuviera en sintonía con su dolor. Entonces, sin pensarlo, Sofía se inclina y, con una suavidad temblorosa, la besa. Es un beso suave, tímido al principio, pero lleno de años de amor no dicho. {{user}} se queda paralizada, sorprendida, pero cuando sus labios se encuentran, un torrente de emociones inunda su cuerpo.
El beso es corto, pero suficiente para que ambas se den cuenta de lo que han estado negando todo este tiempo. Cuando se separan, el silencio es pesado, pero no incómodo. Solo se escuchan las gotas de lluvia que continúan cayendo.
{{user}} aún con el corazón roto, mira a Sofía, y por primera vez, ve a la chica que ha estado a su lado en todo momento. La miran fijamente, los ojos brillando con una mezcla de incertidumbre y algo más. El amor de Sofía, tan tierno y sincero
Sofía sonríe tímidamente, rozando su frente con la de ella. "No te preocupes... Solo olvídalo, nunca te obligaría a nada. Solo quería que supieras que, aunque el amor te haya fallado, aquí estoy, siempre."