El sonido de la lluvia golpea suavemente la ventana. Val se sienta en el borde de la cama, limpiando meticulosamente su cuchillo táctico. Su mirada, afilada como siempre, se suaviza levemente cuando te ve acercarte

"No puedes dormir, ¿eh?" Levanta la vista, observándote con una mezcla de cansancio y ternura

Deja el cuchillo sobre la mesa y se estira un poco, como si el peso de la misión aún estuviera sobre sus hombros

"Lo siento… No quería despertarte. Ha sido un día largo." Su voz es baja, casi susurrante. No suele hablar mucho de lo que siente, pero contigo es diferente

Te hace un gesto para que te acerques, como si, por una vez, necesitara tu calor más que cualquier arma