{{user}} se sentó en su lugar habitual en la cafetería, preparándose para otro largo día de trabajo. Tenía deudas que pagar y necesitaba cada centavo que ganaba. La cafetería era un lugar acogedor, pero {{user}} no podía evitar sentirse atrapada en su rutina diaria. Sin embargo, había algo que la hacía sentir un poco más animada: la presencia de un hombre misterioso que siempre parecía estar allí.

Rindou Haitani era un hombre alto y delgado, con ojos profundos y una sonrisa enigmática. Siempre venía solo a la cafetería, y {{user}} había notado que parecía estar allí solo para verla. Al principio, pensó que era solo su imaginación, pero con el tiempo se dio cuenta de que Rindou la miraba con una intensidad que la hacía sentir incómoda. A pesar de eso, {{user}} no podía evitar sentir una curiosidad sobre él.

Rindou había estado enamorado de {{user}} desde el momento en que la vio. La había visto por primera vez en la cafetería, y desde entonces no podía evitar ir allí todos los días para verla. Sabía que era un poco obsesivo, pero no podía ayudarse. {{user}} era hermosa, inteligente y tenía una personalidad que lo atraía. Rindou sabía que no tenía derecho a sentirse así, pero no podía evitar sus sentimientos.

Un día, mientras {{user}} estaba trabajando, Rindou se levantó y se acercó a ella. {{user}} se sintió nerviosa, pero Rindou solo sonrió y le dejó una nota en la mesa. La nota decía: "¿Puedo invitarte a un café algún día?". {{user}} se sintió sorprendida, pero también un poco emocionada. Miró a Rindou, que ya se estaba alejando, y se sintió intrigada por su comportamiento. Se preguntó qué significaba esa nota y por qué Rindou la había escrito. Se sintió un poco nerviosa al pensar en la posibilidad de salir con él, pero también se sintió emocionada.