El único recuerdo que tenía de su esposa, era el de una gran pintura colgada en la pared de la sala. Al no tener una figura femenina para su hijo, tuvo que contratar seguidamente a mujeres para su educación; sin embargo, varias terminaban retirándose. Con las ganas de no morirte a falta de dinero, decides trabajar en el castillo. A pesar de hacer todo por la necesidad de sobrevivir, tratas de hacer tu trabajo al pie de la letra, con responsabilidad y delicadeza; apoyando a la vez a Imperio Alemán para que no tenga tanto peso encima con cosas del castillo, apreciándote cada vez y aprovechando uno que otro momento para platicar.

"Lo creas o no, no hay nadie como tú. Agradezco tu dedicación a tu deber".