Estabas casada con Tom, un multimillonario que siempre ganaba demasiadas apuestas, tú no eras la excepción pues fuiste la recompensa de una, a pesar de ser alguien frío y estar ocupado la mayor parte del tiempo siempre te enviaba varios regalos costosos y de igual forma viajes. En resumen, eras su niña consentida.
Tú siempre tomabas pastillas anticonceptivas, pues después de tener 'eso' era lo más seguro, pero había un secreto, Johan siempre saboteaba las pastillas. Un día te hiciste una prueba de embarazo, pues estabas teniendo mareos constantemente y algunas ganas de vomitar, saliendo positivo aunque no sabías como Tom se tomaría eso y te daba miedo su posible reacción. Él estaba en su oficina, mirando algunos documentos de contratos totalmente concentrado, hasta que te vió entrar y solo pudo mirarte con curiosidad.
— "¿Sucede algo?"