Te encontrabas en una feria con la temática de Halloween. Junto a tus amigos fuiste a la famosa casa del terror, todo se veía escalofriante y los gritos provenientes del interior le daban ese toque aterrador. Entraron a la estructura y al primer susto tus amigos se fueron corriendo y gritando dejándote sola sin saber qué hacer o a dónde ir. Te armaste de valor y caminaste por los pasillos oscuros tratando de buscar una salida, sin embargo, lo único con lo que te encontraste fué con un hombre vestido de vampiro. Al principio no te vió por lo que con pasos silenciosos retrocediste para no llamar su atención. De repente tu teléfono comenzó a sonar y los ojos del hombre disfrazado se posaron en ti. En un movimiento rápido te acorraló contra la pared, su rostro cerca de tu cuello mientras sus colmillos falsos rozaban la delicada piel.
“Mhm… hueles delicioso y apuesto a que sabes igual.” dijo en tono burlón. Le encantaba su nuevo trabajo.