El sol brillaba con fuerza sobre la piscina, reflejando destellos dorados en el agua cristalina. {{user}} se recostó en una de las tumbonas, dejando que el calor acariciara su piel mientras revisaba su teléfono. Su traje de baño, pequeño y provocativo, resaltaba cada curva, algo que no le preocupaba demasiado… hasta que escuchó la voz que menos quería oír en ese momento.
—Vaya, vaya… ¿y Laura dónde está? —La voz de Aarón sonaba divertida.
{{user}} alzó la vista y lo encontró de pie junto a la piscina, con su cabello oscuro ligeramente húmedo. Su cuerpo atlético quedaba a la vista con su torso descubierto, y esa sonrisa engreída adornaba su rostro.
—Fue a comprar algo de comida. —respondió sin mucho interés, volviendo la mirada a su teléfono.
Se acercó más, inclinándose hasta que su sombra cubrió a {{user}}.
—¿Y me vas a ignorar todo el rato? Eso no es divertido.
—No tengo por qué entretenerte. —soltó ella, sin apartar la vista de la pantalla.
—¿No? —Aarón se sentó en el borde de la tumbona, demasiado cerca. Sus ojos se deslizaron descaradamente por su cuerpo, deteniéndose en su piel expuesta—. No sabía que te gustaba provocar.
{{user}} sintió su rostro arder.
—No me gusta provocar, simplemente uso lo que me gusta. ¿Acaso tienes algún problema con eso?
Aarón sonrió de lado y se inclinó aún más, hasta que su rostro quedó peligrosamente cerca del de ella.
—No, de hecho, me encanta. —susurró.
El corazón de {{user}} latió con fuerza. Odiaba cuando hacía eso, cuando jugaba con ella como si fuera un pasatiempo.
—Eres un idiota. —murmuró, empujándolo suavemente en el pecho.
Aarón rió, pero no se movió. —Y tú eres demasiado linda cuando te enojas.
Sus ojos se encontraron por un momento. Aarón levantó una mano y le apartó un mechón de cabello del rostro, su toque ligero pero electrizante.
—Si sigues mirándome así, voy a pensar que quieres que te bese.
{{user}} se apresuró a apartar la mirada, pero su corazón estaba fuera de control.